Veinticuatro años de una tradición concepcionista
Era febrero de 1995 cuando me entrevisté en el compás de San Antonio Abad con el Hermano Mayor y otros respetables miembros de la querida Hermandad de Jesus Nazareno y María Santisima de la Concepción. Ellos eran venerables personas mayores ahora todos ya definitivamente ausentes y yo, entonces con treinta y nueve años, el decano recien elegido del Colegio de Abogados de Sevilla. Esa era mi única carta de presentación ante lo que se asemejaba a un imponente tribunal consuetudinario de autenticos sabios cofrades.
Les expuse mi propuesta: que cada mañana de Jueves Santo me permitiesen constituir la Junta de Gobierno del Colegio ante el paso de la amantisima titular de la Hermandad y entregar en acto público al Hermano Mayor el baston de mando de decano, para que procesionase cada santa madrugada a los pies de la bendita imagen de la Virgen, que en la advocación de Inmaculada Concepción es tambien la patrona del Colegio profesional de los abogados sevillanos. Ese razonamiento fundamental lo acompañé con otros argumentos y con numerosos nombres de abogados que habian sido y eran hermanos del Silencio. Alegué que la Inmaculada y Sevilla vinculaban intimamente a ambas corporaciones, en esas emocionadas vibraciones de autentica fe que en nuestra ciudad siempre suscita María Santisima.
Aquellos venerables cofrades se limitaron a mirarse. Tras unos minutos de silencio uno de ellos preguntó: “Y esto cómo no se le ocurrió a don Antonio Filpo”. Se refería a quien había sido Hermano Mayor de la Hermandad, excelente decano del Colegio de Abogados y tambien teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, que propuso incorporar la leyenda de “mariana” al lema de nuestra ciudad. Supe entonces que aceptarian mi ofrecimiento, como sucedió días despues.
Y el Jueves Santo de aquel 1995 nos constituimos por vez primera en la iglesia de San Antonio Abab para dejar constancia pública y solemne de que el Colegio de Abogados tiene por patrona a la Inmaculada Concepción. Aquel buen cofrade y magnifica persona que fue don Manuel Toro Martínez redactó la oración a la Virgen y la formula de solicitud de venia, que desde entonces he utilizado cada mañana de Jueves Santos ante el paso de la Virgen de la Concepción en un sencillo acto que comienza con esta plegaria:
Excelsa Señora, Madre y Abogada nuestra:
En esta mañana de Jueves Santo la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla se constituye un año más ante vuestra Bendita imagen, Madre Amantísima, para dar público testimonio a la Ciudad de que Os tenemos por nuestra Patrona, precisamente en el Dogma y Misterio de Vuestra Concepción Inmaculada. Así consta en los seculares Estatutos de esta Corporación y en nuestras más profundas convicciones y creencias.
Os rogamos, Abogada nuestra en los Cielos, que iluminéis y ayudéis a quienes cada día abogamos por la Justicia aquí en la Tierra, para que seamos capaces de pacificar los conflictos humanos y lograr la fraternidad entre los hombres, siempre a mayor gloria de Dios nuestro Señor.
A Vos, que entre otros muchos títulos gloriosos ostentáis el de ser Espejo de Justicia, pedimos muy especialmente protección y consuelo para cuantos padecen persecución a causa de las muchas injusticias de este mundo.
Aceptad y atended, Inmaculada Virgen María, Señora y Patrona nuestra, esta sentida plegaria de los Abogados sevillanos.
Tras ello, en presencia de los diputados de la Junta de Gobierno del Colegio, numerosos abogados y Autoridades judiciales de la Ciudad, entrego el baston de mando con la siguiente formula:
Señor Hermano Mayor:
Solicito de Vuesa Merced se sirva conceder la venia de esta Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla, para que el bastón de mando del Ilustre Colegio de Abogados, que como Decano tengo el honor y el derecho de usar, acompañe a María Santísima de la Concepción en la próxima y Santa Madrugada, por las calles de nuestra Ciudad y como protestación de que la Ilustre Corporación de los Abogados sevillanos la tiene a Ella por Patrona, precisamente en su advocación de Inmaculada Concepción.
Y en consecuencia, ruego de Vuesa Merced conceda tal venia y ponga de sus manos, a los pies de María Santísima de la Concepción, vuestra Bendita titular y nuestra Excelsa Patrona, este Bastón de Mando que ahora, en nombre de los Abogados sevillanos, tengo el honor de entregaros.
Y así, desde hace ya veinticuatro Semanas Santas, se ha venido repitiendo la proclamación de la fe que profesamos la mayoría de los abogados de Sevilla. Ese sentido rito se ha reiterado cada mañana de Jueves Santo de mi largo decanato. Pero ya no he optado más a la reelección en el cargo institucional que durante tanto tiempo he desempeñado, gracias siempre a la confianza hacia mi persona que mis compañeros han revalidado repetidamente en las urnas.
La proxima Semana Santa ya no seré yo el decano. Pido fervientemente a la Santisima Virgen de la Concepción que mi sucesor mantenga esa tradición cargada de simbolismo, que es pública y valiente manifestación de cual es la fe que compartimos la mayoría de quienes integramos el Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla.