Novedades Bibliográficas nº 166
Claudio Movilla. Un juez en la sociedad civil
Un recorrido biográfico es el contenido del libro que el magistrado del Tribunal Supremo Perfecto Andrés Ibañez, hace de quien fue también miembro del Alto Tribunal, Claudio Movilla, nacido en Castro Candelas (Ourense) en 1931, unas semanas antes de la proclamación de la II República.(1) Los años de aquel Bachillerato, apretado de materias, transcurrían apacibles hasta que Movilla comienza a estudiar Derecho “por libre”, como entonces se decía. Ingresa, por oposición, en la carrera fiscal, lo que le llevó a su primer destino en Santander, la bella ciudad que habitara Menéndez y Pelayo, cuya biblioteca visitó Movilla, adicto siempre a los cursos de verano en el palacio de la Magdalena. Allí, junto con varios jueces, es expedientado por participar en un libro colectivo, Sociología para la convivencia, editado por ZYX en 1966. Claudio fue sancionado con traslado forzoso a Pamplona, regresando, después de un corto periodo en que ejerció la Abogacía, a su nuevo cometido como especialista en la jurisdicción contencioso administrativa en Coruña. Participó en el I Congreso de Justicia Democrática (1977) y asiste a reuniones internacionales de marcado signo progresista. Finalmente, concluyó su andadura profesional como Presidente de la Audiencia Territorial de Sevilla y, más tarde, como magistrado del Tribunal Supremo. En nuestra ciudad ha dejado el testimonio de su pensamiento democrático, profesional y humano que, tiempo atrás, se insertó en el “uso alternativo” del Derecho, doctrina que tuvo sus más destacados valedores entre los juristas italianos: Humberto Cerroni, Pietro Barcellona, Giuseppe Coturri, Ferrajoli y Norberto Bobbio; sin olvidar a los predecesores de la ideología de Izquierdas, R. Treves, Poulantzas, Pasukanis y Lukács. Todo un recorrido sociológico, renovador de la teoría del Derecho y del Estado. Una revista, Quale Giustizia, fue, durante años, un referente, un estímulo, por su interpretación de la Norma en relación a la realidad social del momento de su concreta aplicación. Entre nosotros, destacaron Luis Burón, Jiménez Lablanca, Vicente Chamorro, Jiménez Villarejo, José Mª de Mena y Perfecto Andrés Ibáñez, todos miembros de “Justicia Democrática”. Movilla, hombre culto que presidió el Ateneo coruñés, conoció personalmente a Elorza, Claudín, Solé Tura, Fernández Ordóñez, Cortázar, Miret Magdalena, Ferrer Benimelli, Ruiz Gimenez y tantos otros. Falleció Claudio a edad aún de expectante futuro y, ahora, a pesar de su ausencia, nos queda, en quienes le conocíamos y valoramos, su pensamiento humanista, la ironía elegante y la preocupación por las clases menesterosas y marginales. Una vida compartida con Elisa Polanco, albacea espiritual de su legado, que sufrió con él la incomprensión y acoso de quienes no lograron doblegar su vida ejemplar.
Manuel Rico Lara
Valoración del Daño Ambiental
Este libro se desarrolla en tres Capítulos. El Capítulo I comprende la “Delimitación Conceptual del Medio Ambiente como Elemento Perfilador de la Valoración del Daño Ambiental”, que parafraseando al autor es “una antesala de una correcta investigación sobre el relativamente reciente fenómeno de la valoración del daño ambiental”. El Capítulo II, aborda la noción “El Daño Ambiental”.- Y de remate el Capítulo III, central de la obra, “Valoración del Daño Ambiental”. Queda en claro de la lectura del trabajo, que la realización va mucho allá de una pretensa reflexión para llamar la atención sobre la cuestión, como el autor comenta en los últimos renglones del libelo. Es por el contrario, una recopilación sistemática, prolija, de enorme provecho de todo el conocimiento sobre esta delicada, compleja, ríspida, y principalísima problemática del Derecho Ambiental, que enriquece con esmerada exposición, llena de aportes propios, más una serie de conclusiones, que resumen con claridad meridiana lo que constituye, verdaderos progresos de la especialidad. El mérito de esta obra estriba en haber recogido en un trabajo, todos los puntos de vista de autores provenientes de campos interdisciplinarios de la economía, el derecho, etc., a los que Manuel Castañón del Valle, vincula sin dejar de lado profundas reflexiones personales, para concentrar los avances en la construcción de una Teoría de la Responsabilidad, en punto al Instituto que mide el Quantum del Daño Ambiental. En las conclusiones, se resume la enérgica posición del autor: de distingo entre el daño tradicional y los daños medio ambientales, de urgente necesidad de fijar las pautas del cuánto por el daño al ambiente. Síntesis de su pensamiento, en palabras del propio Manuel Castañón del Valle: “La problemática de la responsabilidad ambiental no se arreglará hasta que caigamos en la cuenta que el instituto de la valoración es primordial, esencial, básico, cardinal y fundamental y de inaplazable análisis y respuesta normativa”. Y agregamos, trabajos como el presente, sirven para encontrar el sendero adecuado, que nos lleve a la imprescindible maduración de instituciones tan nobles como la presente, la valoración del daño ambiental. Por lo que se augura que esta obra, se constituirá en bibliografía de imprescindible consulta sobre la temática.