La amistad Hispano-Filipina
Cada año se viene celebrando, tanto en España como en Filipinas, el “Día de la Amistad duradera” en recuerdo de aquel 30 de junio de 1899. Este año celebramos el 116 Aniversario de la Proclamación de la Independencia de la República de Filipinas y el 12 Aniversario del Día de la Amistad Hispano-Filipina.
No podemos más que congratularnos con aquel Decreto de Aguinaldo y que con palabra de cariño y admiración decía: “Los individuos de que se componen las expresadas fuerzas, no serán considerados como prisioneros, sino por el contrario, como amigos; y en su consecuencia, se les proveerá por la capitanía general, de los pases necesarios para que puedan regresar a su país. Dado en Tarlak a 30 de junio de 1899”.
Estamos a punto de alcanzar el V Centenario de la presencia de España en las Islas Filipinas, cuando Magallanes y Juan Sebastian Elcano llegaron a este archipiélago maravilloso. Creemos que debemos preparar éste magno acontecimiento a celebrar por los gobiernos de España y Filipinas con todo tipo de eventos culturales (exposiciones, conferencias, publicaciones… etc) que pongan en su sitio ésta efeméride histórica, que cambió el curso de la navegación.
No olvidemos que hemos recorrido más de 300 años de historia común hispano-filipina, como nuestra provincia de Ultramar, por lo que queremos tener viva esta convivencia común que tanto nos llena de orgullo a los dos pueblos.
Así, todo lo que sea acrecentar esta amistad (y por supuesto, intensificar los intercambios comerciales) desde el trabajo diplomático; desde los esfuerzos económicos; los apoyos educativos; culturales; religiosos; siempre con el apoyo de nuestros respectivos gobiernos.
En esa línea de actuación ha sido muy valorada, la última visita (coincidiendo con el “Día de la Amistad Duradera”) de S. M la Reina de España, doña Sofía, a Filipinas, como sucesora de la monarquía hispana, que tuvo bajo su mando, estas tierras filipinas, conquistadas por Legazpi (Miguel López de Legazpi) en 1565 bautizada con el nombre del Príncipe Felipe, posteriormente el Rey Felipe II.
Junto al apoyo de la monarquía española, tenemos también que destacar la figura del Presidente filipino Sr. Aquino III, que con su gran esfuerzo sin reservas, ha ayudado a mantener esta amistad; para perpetuarla en el tiempo entre nosotros.
Un punto fundamental para ellos es el trabajo de recuperación del castellano, en estas tierras, gracias a la labor del Ministerio de Asuntos Exteriores y del “Instituto Cervantes”, que han llevado al gobierno filipino promover una ley para su enseñanza en las escuelas públicas.
Tampoco nos podemos olvidar de los esfuerzos del los dos Ministerios de Asuntos Exteriores y de la tenacidad del actual Embajador de Filipinas en España, el Excmo. Sr. Don Carlos C. Salinas.
Señalaremos de forma especial al Senador Don Edgardo Angara Castillo, que consiguió la aprobación de una Ley, para señalar el “Día de la Amistad Hispano-Filipina” (Ley de la República nº 91/87), el día 30 de junio, para que nuestra relación amistosa entre nuestros dos pueblos se mantengan en el tiempo. ¿Y todo esto porqué? Resulta que este insigne senador nace en Baler, siendo su padre médico de su pueblo y por tanto, conocedor y valedor de la Gesta Heroica de “Los últimos de Filipinas”, del Destacamento de Cazadores Expedicionarios número II, que con 55 hombres al mando del Capitán Las Morenas; del Teniente Martín Cerezo y del Teniente Médico Rogelio Vigil de Quiñones y Alfaro (mi abuelo materno), que su labor médico-humanitaria le llevaba a salir al enemigo para atender a enfermos y heridos. Su refugio en la Iglesia de Baler, defendiendo la bandera de España y su asedio de 337 días, del que salieron 33 hombres maltrechos heridos, como héroes y amigos del pueblo filipino, sin olvidar los que se quedaron allí.
La generosidad del gobierno de Aguinaldo, por su trato, como a españoles defensores de su patria, referido ya al comienzo del artículo, ayudándole en todo, para su regreso a la Madre Patria.
Recordemos también una aportación importante a la Constitución Española de 1812, cuyo bicentenario celebramos en el año 2012, fue la del héroe nacional, del movimiento del propaganda filipino, Don José Rizal, que buscaba una regeneración y un mejor autogobierno de la provincia filipina de Ultramar. Quisiéramos recoger aquí sus primeros versos, del poema que escribió antes de morir: “¡Adiós patria dorada región del sol querida, perla del mar de oriente, nuestro perdido edén a…
Sabemos que España, tras la firma del tratado de París en diciembre de 1898, perdía sus últimas provincias americanas y de oriente: Puerto Rico, Islas de Cuba, de Guam y las Filipinas, pasando a ocupar estas los Estados Unidos de América, hoy vemos como el gobierno de España, apoya la ampliación de la Comunidad Ibero-Americana con la incorporación de la República de Filipinas, como pueblo hispano, y (además) puente de comunicación durante mucho tiempo entre la América del Sur y el Asia Oriental, no olvidemos su famosa vía marítima entre provincias de Ultramar, sin pasar por España.
Son muchos recuerdos, vivencias, historias, familias, las que nos unen; son muchos nuestros vínculos comerciales (debemos aprovechar el archipiélago como plataforma para el gran mercado asiático por parte de los españoles), económicos, culturales, así como también muchos misioneros, sacerdotes y laicos, que dieron su vida por la defensa de este pueblo, entre otros tiempos, por llevar la buena noticia del Evangelio de Jesús. Así, gracias a ello hoy es el país más católico de toda Asia y de Oceanía.
También hoy tenemos una importante colonia española que trabaja allí en proyectos de cooperación cultural, asistencial y religiosos. Asimismo (y en esta festividad de la “Amistad Duradera”), nuestro recuerdo y admiración para todo el pueblo filipino que vive en España, apoyando siempre estos lazos fraternales entre nuestros dos pueblos, que nos hacen más hombre y más persona. Mabuhay Philippines y España.