In memoriam de Pedro Luis Serrera
El pasado 28 de enero de 2018 falleció en Sevilla, con 83 años, Pedro Luís Serrera Contreras, prestigioso Abogado del Estado. Por razones de gran amistad y de admiración por sus virtudes y valía personal, me siendo obligado a redactar estos renglones para resaltar algo, de lo mucho que he vivido cerca de él.
Conozco y trato a Pedro Luís desde hace más de cuarenta y cinco años y hemos coincidido, al menos, en tres áreas singulares: la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), la Fundación San Pablo Andalucía-CEU y la abogacía.
Ha sido miembro de la citada asociación desde el año 1960, durante 58 años, en la que yo milito desde hace más de cuarenta años. En ella se contaban grandes personalidades de Sevilla, como Juan Moya García, Francisco Abascal, Francisco Abaurrea, Faustino Gutiérrez Alviz Armario, Juan Lara, Miguel Marrero, Miguel Pérez Jiménez entre otros; fue secretario del Centro en Sevilla y Consejero Nacional. Su dedicación a la ACdP fue ejemplar con su testimonio de católico activo, participando siempre en todos los actos y disponibilidad para cuanto era requerido, como informes, ponencias, conferencias, círculos de estudio. Una de sus ponencias, que conservo, se titula “La persona y su dignidad”. Es un modelo de erudición y espiritualidad, con referencias a Isaias, Boecio, Aristóteles, Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, Evangelios, Federico de Castro, las Reales Ordenanzas etc…Termina su ponencia relatando una anécdota extraída de un boletín de la congregación salesiana, de una señora en su ancianidad, presa de Alzheimer, cuando iba a fallecer exclamó “María Auxiliadora ven en mi ayuda”; ese grito saldría del fondo de su corazón y de una experiencia de vida de devoción. Y Pedro Luís finaliza, “Mi comentario es éste: en esos momentos finales la inteligencia que querría tener es la de esa anciana con la mente extraviada. Porque había acertado en lo principal”. En los últimos meses tampoco olvidó a la ACdP, así en octubre asistió durante un rato a la Asamblea Nacional celebrada en Sevilla y en diciembre, ya muy débil, asistió también unos minutos a la reunión de Navidad, en las dos ocasiones acompañado y apoyado en Rosa, su mujer. El testimonio de ambos es ejemplar.
En la Fundación San Pablo Andalucía-CEU hemos estado juntos durante su promoción, creación y desarrollo, en la que desempeñó cargos de patrono, secretario, y vicepresidente del su Patronato, aportando siempre iniciativas, asesoramiento, y decisiones. Siempre actuó conforme a su conciencia, también siempre como modelo de sencillez y brillantez. En la actualidad la fundación tiene cerca de cuatro mil alumnos y desarrolla sus actividades con excelencia, que ofrece a la sociedad para la mejor formación de las nuevas generaciones. Tanto en esta participación, como en todas en las que estuvo, puedo afirmar que no faltó nunca a ningún acto. Sin duda el tiempo le cundía como a nadie; tenía hueco para todo.
En el ejercicio de la abogacía también hemos coincidido muchos años, ante los tribunales de justicia, él como Abogado del Estado y yo como Letrado de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Con frecuencia en el mismo estrado, por estar demandadas ambas instituciones. Lo traté desde los años en que era Jefe de la Abogacía del estado José Camilleri y formaban la plantilla, Pedro Luís, Luis Alarcón de la Lastra, Manuel Navarro, Carlos Suan, y sucesivamente Francisco del Rio, Leopoldo Gutiérrez-Alviz Conradi, todos muy brillantes. Tras la jubilación de Camilleri ocupa Pedro Luís la jefatura el año 1982, hasta su jubilación. Sus intervenciones orales o escritas siempre fueron un modelo a seguir y un testimonio de competencia excepcional.
Sus relaciones con el Ilustre Colegio de Abogados –del que era colegiado- siempre fueron excelentes. También aquí coincidimos, siendo yo Diputado de su Junta de Gobierno. Estuvo presente y participó en todos los actos académicos y sociales y prestó siempre la colaboración y ayuda que se le pidió. Cuando yo desempeñaba la dirección del Boletín del Colegio, entre otras colaboraciones, le pedimos un artículo que fue publicado como dossier central en el número 119 de julio-agosto del año 2000; se tituló “Los recursos en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000”. En él analizó ampliamente con detalle, sistemática y sentido crítico el contenido de la nueva ley. Comienza su artículo con la frase que sigue: “Uno de los fenómenos procesales de más trascendencia en nuestro país ha sido la reciente promulgación de la nueva LEC que al entrar en vigor tras una suficiente vacatio legis jubilará casi totalmente a su precedente de 1881. Y sí el nuevo texto ofrece novedades muy importantes en multitud de materias, no son las menos las que se dan en la materia de recursos.”
Su actividad profesional y social no se agota con lo que he relatado, que es una mínima parte; estaba en muchas otras instituciones, siempre desinteresadamente, como académico y después Presidente de la Real Academia Sevillana de Legislación y Jurisprudencia o en la actividad política, en la redacción del Estatuto de Autonomía de Andalucía.
Era frecuente su colaboración en el ABC de Sevilla, en la sección Tribuna Abierta, donde en el ejemplar del día 30 de enero, cuando ya había fallecido, se publicó el artículo que había remitido pocos días antes, bajo el título “¿Reeditar el tripartito?”. Hasta el último momento ha tenido la mente lúcida.
Su matrimonio con Rosa Cobos Gavala, profesora de derecho procesal en la Universidad de Sevilla, ha constituido una familia ejemplar, con sus hijos Ana María, Pedro, Myrian y Rosa. Su mujer le ha acompañado y ayudado siempre.
La vida de Pedro Luís Serrera Contreras y su enorme actividad, bien merece que se escriba su biografía.
Que Dios lo tenga en su Gloria. Nuestro recuerdo permanecerá y nuestro consuelo a su familia y amigos.
José María Monzón Ristori,
Diputado de la Junta de Gobierno del ICAS
