Diez años de colaboración con La Toga.
Recientemente estaba preparando, como todos los meses, una nueva recopilación de doctrina y jurisprudencia relacionada con la materia tributaria para remitirla a La Toga, cuando me dio por echar un vistazo, por mera curiosidad, a mi primera colaboración. Ni por un solo instante podía imaginarme que hubiese transcurrido tanto tiempo. Una vez más me volvía a dar cuenta que este factor siempre juega en nuestra contra. Se dice pronto que, en el mes de abril, se vayan a cumplir diez años desde que se publicó aquel primer artículo.
Diez años significan o simbolizan tantas cosas. Tomando como media unas treinta y cinco resoluciones por mes, representa que al cabo de todo ese periodo se han publicado 4.200 reseñas y comentarios, entre sentencias, fallos, acuerdos., etc., y que en números reales de consultas realizadas significa que el autor de estas líneas se ha debido meter entre pecho y espalda alrededor de 18.000 resoluciones administrativas y judiciales para llegar a seleccionar los que a su leal saber y entender pudieran ser más destacables y significativas para los compañeros letrados que tuvieran a bien consultar las páginas del recopilatorio fiscal que ha venido elaborando durante los últimos 120 meses.
Diez años representan, también, que uno ha pasado de la edad de los cuarenta a los cincuenta y que en los últimos diez años se han llevado a cabo, para no variar, numerosas reformas fiscales. Las Leyes de Sucesiones, del I.R.P.F., de Sociedades y hasta la L.G.T. se han sometido a distintas revisiones. En estos diez años los dos grandes partidos políticos del país se han alternado al frente del gobierno de la nación. Al Betis y al Sevilla, aunque siguen sin ganar nada auténticamente destacable, les ha dado tiempo a bajar a segunda y a subir, una vez más, a la división de honor del fútbol español. En los últimos diez años nuestro Decano, José Joaquín Gallardo ha sido reelegido por amplia mayoría. En una década da tiempo para casi todo. Para lo bueno, para lo malo y para que ocurra lo terrible. Violencia de género, terrorismo, accidentes de circulación y tráfico de drogas han llenado las páginas de los periódicos de todo el mundo y han ocupado horas y horas de programación de todas las emisoras de televisión del planeta. ¡ Diez años ¡…, se dice pronto.
Aún recuerdo, con especial afecto, el día que mi buen amigo Emilio Ramos me llamó a mi despacho para invitarme a participar en nuestra Revista con algún tipo de colaboración, cuando entonces apenas la componían cuatro folios y medio y se imprimía en un tipo de papel que ni los que se utilizaban en la Universidad para la propaganda clandestina en tiempos de la dictadura. Un Emilio Ramos al que desde aquí rindo especial homenaje, porque en el transcurso de estos diez años también su vida ha acumulado mil y una experiencias, incluida, entre otros muchos galardones, la muy merecida medalla de San Raimundo de Peñaflor, el haber sido Gran Visir en la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla y, sobre todo, el haber seguido cosechando amigos como él solo ha sabido hacerlo.
En el transcurso de estos diez años el que suscribe se ha permitido intercalar en sus publicaciones, incluso, pequeñas dosis de humor. Aún recuerdo, entre otras, aquella reseña de jurisprudencia que hacía referencia a una sentencia dictada, un 28 de diciembre del año que fuera, por un denominado “Tribunal Superior de Justicia del Aljarafe” que venía a decir, en síntesis, que los españoles no estábamos obligados a pagar ningún tipo de impuestos. Asimismo he tenido la oportunidad para alabar determinadas decisiones judiciales y criticar con especial dureza aquéllas otras que a mi juicio lo han merecido, pero desde el respeto y consideración que siempre le he dispensado a la justicia y a los hombres y mujeres llamados a impartirla, especialmente en unos tiempos tan duros como los que a la judicatura le está tocando vivir.
En diez años han ocurrido… tantas cosas. Los hijos se han hecho mayores. Algunos amigos ya no están entre nosotros. Y en todo este tiempo se han sucedido diez Navidades, diez Semanas Santa, diez Ferias de Abril, diez veraneos, diez temporadas de esquí y tantos diez más que harían la lista interminable. Una final de Copa Davis, un Mundial de Atletismo… En el transcurso de esta última década uno ha cosechado, como todos, éxitos y fracasos, y aunque los segundos abundan más que los primeros todos sabemos bien que cualquiera de los citados en primer término compensan con creces cualquier otro tipo de insatisfacciones.
Bueno, pues a pesar todo esto y de muchas más cosas que por razones de brevedad me he dejado en el tintero, pienso seguir escribiendo en esta, nuestra “Toga”, durante los próximos diez años si los compañeros letrados tienen a bien continuar soportándome y muy especialmente mi buen amigo Pepe González que de vez en cuando hasta ojea mis comentarios.