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¿Alianza de Civilizaciones o Mediación entre Religiones?

Surge en nuestros días un amplio debate sobre la inacabable conflictividad que vivimos en la sociedad actual. Quizás nos dimos cuanta aquél fatídico 11 de septiembre o quizás se ha visto revivido en los últimos tiempos con la ocupación de IRAK, pero lo que si es cierto es que las personas que trabajamos en el mundo de la justicia tenemos que decir algo al respecto.

Un político puede hablar de la posibilidad de una “alianza de civilizaciones” como así lo hace el gobierno español, términos pretenciosos como si existieran distintas civilizaciones en un mismo espacio temporal; pero un abogado debe hablar de “mediación entre religiones”.

Mediación, porque tratamos de buscar una técnica o método que pueda intentar paliar los tremendos conflictos bélicos por falta de diálogo entre las distintas culturas; y religiones, porque nunca en la historia ha sido más clara como hoy en día, la utilización del término religión para justificar las barbaries causadas en los conflictos. Debemos aprender que nuestra religión, la de cada uno, nos otorgan unas pautas, unos razonamientos, que no distan mucho de otras que no profesemos.

La famosa “Alianza entre civilizaciones”, “tiene como objetivo fundamental profundizar en la relación política, cultural, educativa, entre lo que representa el llamado mundo occidental y en este momento histórico el ámbito de países árabes y musulmanes”, tiene el propósito de evitar los problemas surgidos de concepciones hostiles que fomenten la violencia.

Se dice que los eventos de los últimos años han dejado clara la falta de entendimiento mutuo entre el mundo islámico y el occidental, y este clima ha sido explotado y exacerbado por los extremistas.

Se hace necesario trabajar desde la justicia y por el respeto mutuo por las creencias religiosas y las tradiciones en un mundo de interdependencia creciente en todos los terrenos, desde la salud hasta la seguridad.

Los abogados-mediadores sabemos cuando trabajamos el conflicto que “la diferencia es una realidad, no un conflicto. La diversidad es un valor. Somos diferentes y eso es muy positivo. El conflicto no es por diferente religión, por diferente cultura… sino por miedo a ver modificadas las propias costumbres y privilegios.

Otra cuestión es la desigualdad. La desigualdad si es una realidad que crea conflicto y que genera violencia. El conflicto no surge por diferencia, sino por desigualdad. Cuando de la diferencia se hace desigualdad, surge el conflicto.

Y es aquí donde me gustaría ofreceros la operatividad de la mediación. Lo que hay que ver es qué objetivos debe fijarse la mediación para ver a qué resultados responde. Pero el objetivo de la mediación es crear lazos, regenerar relaciones, propiciar encuentros y diálogos fructíferos entre personas y/o colectivos enfrentados. Y ello se produce hoy en día con el entendimiento necesario entre religiones. Es necesario trabajar para reconocer el valor de las religiones que no admitimos aunque no las compartamos y exigir que reconozcan los valores de la nuestra que practiquemos.

Mediar es poner razón, es devolver a las partes en conflicto el poder de decidir la solución a adoptar que perdieron por la sin razón del conflicto. Mediar no es voluntariedad u obligatoriedad, es voluntad de vivir y aprender del conflicto que muchas veces no es necesario evitar.

En el Discurso Del Secretario General De Naciones Unidas con motivo de la presentación del documento”unidos Contra El Terrorismo: Recomendaciones Para Una Estrategia Mundial De Lucha Contra El Terrorismo” en Nueva York, 2 de mayo de 2006 se manifestaba claramente que “La exclusión o la discriminación por motivos de origen étnico o creencias religiosas y la incapacidad de muchos países de integrar a las minorías o a los inmigrantes producen resentimientos que pueden llevar al proselitismo terrorista, además de sentimientos de alienación y marginación y una mayor tendencia a socializar en grupos extremistas. Parece que esta situación es aplicable sobre todo a los jóvenes, especialmente a los inmigrantes de segunda generación en algunos países desarrollados, que se consideran forasteros sin igualdad de oportunidades. Exhorto a los países con sociedades multiculturales a que reflexionen sobre sus políticas de integración”.

Y me permito añadir, que se reflexione no solo en la mediación intercultural como ya se viene haciendo, sino en la mediación religiosa.

Son muchas ya las intenciones. La Iglesia también ha mediado desde otro ámbito, el de la experiencia adquirida en Irlanda con el abandono de las armas por parte del IRA. El sacerdote Alec Reid ha asesorado también a los muñidores de un principio de acuerdo para el País Vasco, según han confirmado a la agencia Efe fuentes conocedoras de los contactos. El diario EL MUNDO ha citado también la intermediación de dos ex miembros del IRA, Alex Maskey y Gerry Kelly, como personas que habrían trabajado con el sacerdote Reid, quien visita frecuentemente el País Vasco en el posible proceso de paz con ETA.

En Barcelona en el año 2001 se firmó por lideres religiosos de todo el mundo el llamado Manifiesto de las Religiones por la Paz . En el mismo se acordaba que “en este siglo que acaba de comenzar, hombres y mujeres de religiones distintas, provenientes de muchas partes del mundo, nos hemos reunido en Barcelona para invocar a Dios el gran don de la paz. A orillas de este Mediterráneo que ha conocido conflictos y cohabitación, se ha elevado una oración intensa para que de muchas partes del mundo se aleje la guerra. En la conciencia de las diferentes religiones resuena el eco de una convicción: Dios ama la paz y no quiere la guerra, y quien invoca el nombre de Dios descubre que su nombre quiere decir paz. Esta convicción y esta oración son una riqueza para el mundo”. “Nos han alcanzado las demandas de los pueblos en guerra, de los pobres, de las víctimas del odio. A los hombres de religión se han unido algunos testigos de la búsqueda de lo humano. Sentimos que es común el desafío de hacer crecer un alma pacífica en nuestro mundo globalizado. El alma permite descubrir los muchos rostros del mundo”. Este ha sido un inicio importante de acercamiento de diálogo y comunicación (esencial para mediar) auspiciado por las propias religiones que ha llegado hasta nuestros dias en los que recientemente en la octava asamblea Mundial de religiones por la paz se apoyó una declaración sobre la violencia contra los niños en Kyoto, Japón, el pasado 28 de agosto de 2006.

Podemos decir que a lo largo de la historia, la Iglesia ha tratado de entender y aplicar los fundamentos de su fe a las situaciones concretas en que se ha encontrado. Procedente de la tradición judía, la Iglesia católica primitiva tuvo que repensar constantemente el entendimiento de sí misma Hoy la iglesia está llamada constantemente a facilitar la relación de sus miembros con creyentes de otras tradiciones religiosas y a dar testimonio junto con otros.

Hoy en día más conscientes de la pluralidad religiosa, sentimos con mayor apremio la necesidad de mejorar las relaciones y el diálogo entre personas de diferentes religiones. La mayor movilidad, los grandes movimientos de refugiados y las migraciones económicas han hecho que más personas de diferentes religiones tengan que convivir en la sociedad. Cuando existen mecanismos para el diálogo y el encuentro, hay oportunidades para promover un mayor y más consciente conocimiento de las otras religiones. Lamentablemente, las relaciones más estrechas entre comunidades han sido a veces fuentes de tensiones y temores. Para muchas comunidades, la tensión confirma la necesidad de proteger sus identidades individuales y su carácter distintivo. Las relaciones y el diálogo interreligiosos deberían permitir que las comunidades puedan distinguir entre la búsqueda legítima de identidad y una actitud hiperprotectora que dé lugar a la hostilidad hacia otras religiones y culturas.

Se dice que dondequiera que la pluralidad religiosa suscite tensiones en la comunidad, existe la posibilidad de manipulación de los sentimientos religiosos. La religión expresa algunos de los más profundos sentimientos y sensibilidades de los individuos y las comunidades. Demasiado a menudo la identidad religiosa tiene una función específica en los conflictos y la violencia. En algunas partes del mundo, la religión se asimila cada vez más con la identidad étnica, dando connotaciones religiosas al conflicto étnico. En otras situaciones, la identidad religiosa está tan estrechamente asociada al poder que las comunidades sin poder, o que son objeto de discriminación, consideran su religión como la fuerza capaz de movilizar a los que disienten y protestan. Estos conflictos tienden a parecer o son presentados como conflictos entre comunidades religiosas, y las polarizan en función de criterios comunitarios. Las comunidades religiosas heredan a menudo divisiones profundas, odios y enemistades que, en la mayoría de los casos, se transmiten a través de generaciones de conflictos. Se antoja por tanto de vital importancia hoy en día entender las religiones conocer sus dogmas y saber que la mediación puede y debe ser una herramienta eficaz para ello.

Debemos ser conscientes para trabajar en la mediación religiosa de las ambigüedades de las expresiones religiosas, de las tradiciones o de sus doctrinas, pero también de las similitudes y características que comprenden unas y otras.

Me gustaría tratar de establecer unos principios básicos para este diálogo entre religiones que permita la mediación:

La mediación entre religiones debe ser un proceso de enriquecimiento mutuo, no una negociación entre partes con intereses y reivindicaciones contrarias. En lugar de encerrarse en relaciones de poder, los interlocutores deben estar habilitados para participar en una búsqueda común de la justicia y la paz.

En la mediación entre religiones, crecemos en la fe de cada una de nuestras creencias. Para los cristianos surge en nuestra biblia, pero para las otras religiones monoteístas surge en la Torá (judíos) o en el Corán (musulmanes).

En la mediación entre religiones, confirmamos nuestra esperanza de que existen soluciones a los conflictos y que con creatividad podemos resolverlos.

En la mediación entre religiones podemos cultivar las relaciones de futuro que nos ayude a entender y convivir con la inmigración y la mezcla de culturas. La paciencia y perseverancia son esenciales en la práctica del diálogo.

En la mediación entre religiones, el contexto nos ayuda a comprender el porqué de la práctica de cada confesión religiosa. El diálogo tiene lugar en un contexto concreto.

En la mediación entre religiones, avanzamos hacia el respeto mutuo por el que comprendamos aunque no compartamos sus prácticas o ideas. Cada una de las partes dialogantes tiene que oír y escuchar cómo la otra entiende su propia fe.

En la mediación entre religiones, la cooperación y la colaboración están en el centro del diálogo, debiendo dejar a un lado el poder para adentrarnos en el verdadero interés, la paz.

En la mediación entre religiones trataremos de ser incluyentes con cada una de los sectores de la sociedad.

Por último, me atrevo a señalar las bases mínimas para entender la religión musulmana, quizas muy desconocida y sin embargo en continuo conflicto con la religión predominante en nuestro país: el cristianismo; Nos pueden hacer “meditar para mediar”. Son numerosas y muy distintas las religiones, sería innumerable la delimitación de pensamientos, sectas o facciones religiosas. Me gustaría dividir dos grandes grupos: religiones desconocidas por su lejanía a nuestro país de las que tenemos un especial desconocimiento (Hinduismo, Budismo, Confucianismo o Taoismo); y religiones de especial raigambre en España como el Cristianismo, el Judaísmo o el Islamismo con un breve análisis de sus normas básicas ( la biblia, la torá o el corán) En ellas, basarnos en una sola, hablar al lector sobre el Islam:

El Islamismo. Es una de las más recientes religiones del mundo, comenzó con el trabajo de Mahoma en el año (570-632 D.C.) en lo que actualmente es Arabia Saudita. El Islam tiene similitudes con el Judaísmo y el Cristianismo, particularmente en su creencia monoteísta. Las diferencias con el Cristianismo incluyen el rechazo a la Trinidad y la negación de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús. Sin embargo, creen que Jesús fue un gran profeta.

La escritura del Islam es llamada el Corán, la palabra de Dios dictada a Mahoma. La vida es para vivirse en subordinación a la voluntad de Dios. La vida devota se centra en la confesión: “No existe otro Dios sino Alá, y Mahoma es el mensajero de Alá.” Otras actividades incluyen el ayuno durante el Ramadán, orar cinco veces al día, peregrinar a la ciudad santa de La Meca en Arabia Saudita, y dar limosna.

Mahoma fue el mensajero de Dios en el Islam y el encargado de difundir la doctrina. Según sus fieles, Mahoma nació en 570 d.C. en la Meca, Arabia, en una familia de una ilustre tribu. Fue el sucesor de los profetas anteriores que en su orden eran Adán, Noé, Abraham, Moisés y Jesús.

Era una persona pacífica y sensible, y estaba en desacuerdo con el ambiente caótico de su época. Un día el arcángel San Gabriel, envuelto en luz le afirmó que él era el profeta de Dios, mientras meditaba en el monte Hira. Al salir a predicar el pueblo lo rechazó, ya que sus enseñanzas morales acababan con el libertinaje que no querían dejar y derrumbaba los 360 ídolos, pues predicaba por un sólo Dios. Finalmente, Mahoma muere en 632 D.C. a los 62 años de edad, sin ningún reconocimiento.

Mahoma, después de su muerte deja a sus seguidores el Coran, la escritura sagrada en nombre de Dios, donde está contenido el código religioso y político. Consta de 114 capítulos o suras, que se dividen en versículos.

Como ritos de la religión islámica se encuentran cuatro prácticas: La oración, el ayuno, durante el mes de Ramadán, la limosna a los pobres y la peregrinación a la meca. Dicen que para pertenecer a esta religión sólo hay que decir con fe “no hay mas Dios que Alah y Mahoma es su profeta”.

La religión Islámica hizo grandes aportes a la cultura mundial: establecieron la primera universidad en Europa, en España (Córdoba). Dieron herramientas primordiales en la química moderna, la meteorología, la cirugía, algebra, geometría, aritmética, literatura, agricultura, astronomía, botánica, física, óptica, obras manuales derecho y arquitectura.

Para los musulmanes su religión ha sido la misma siempre. Dios la había recordado a los hombres mediante profetas como Adán, Noé, Abraham, Moisés y Jesús y sobre todo mediante Mahoma, el último de los profetas, «el Apóstol de Dios». Una declaración constante es la de «No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta». El Corán, o escrituras sagradas de los musulmanes, afirma que Jesús anunció la venida de Mahoma, pero las escrituras cristianas fueron falsificadas para ocultarlo.

Algunas sectas musulmanas han apelado a una especie de guerra santa para derrotar a sus enemigos o extender la influencia del Islam. Un caso conspicuo es el del Irán de los ayatolas en el siglo veinte y el de un famoso «mahdi» o supuesto mesías en Sudán en el siglo pasado.

Conclusiones: ¿cómo es posible que la religión pueda desempeñar un rol tan destructivo en las interacciones humanas?: Quisiera terminar este artículo de opinión con conclusiones constructivas; con la intención de dar un importante giro al entendimiento entre religiones; con la idea de MEDIAR. . Bosnia, el Oriente Medio, Argelia, Afganistán, Pakistán, India, Irlanda del Norte y Sri Lanka, están entre los paises en los que la religión ha sido motivo de conflicto continuado. Tenemos por ejemplo como en Sri Lanka el conflicto es entre los tamiles hindúes y la mayoría budista, a pesar del hecho de que los budistas usualmente se abstienen de la violencia. Para el profesor Aldo Visalberghi “para entender todo esto, debemos profundizar más en el análisis de las bases antropológicas de la experiencia religiosa”.

La historia de la humanidad está repleta de ejemplos en los que se manipulan, interpretan u originan creencias religiosas a fin de educar nuevas generaciones en base a valores de exclusión e intolerancia religiosa, racial y étnica.

Mi punto de partida es bien sencillo: se necesita que haya diálogo entre las personas de las diferentes religiones; es necesario que se pueda educar desde las escuelas, desde la formación en valores de mediación y entendimiento y porqué no, que los abogados seamos importantes baluartes de este cambio si apostamos no por el conflicto sino por el entendimiento y la comunicación. Es algo innato con nuestro ejercicio profesional y aunque creamos que siempre hayamos sido mediadores, necesitamos apostar por ello. Cada religión tiene historias propias que promueven la no violencia, la diversidad y el bien. Los valores de inclusión, respeto, igualdad y honestidad son universalmente reconocidos por todas las religiones. Estos valores deberías ser la base de todas las enseñanzas religiosas en contraposición a la enseñanza de la exclusión, la intolerancia y una mentalidad guerrera.

Siendo creyente cristiano, católico practicante, quisiera terminar con una frase del Corán: Si dos grupos de creyentes combaten unos contra otros, ¡reconciliadles! Y, si uno de ellos oprime al otro, ¡combatid contra el opresor hasta reducirle a la obediencia de Alá! Y, cuando sea reducido, ¡reconciliadles de acuerdo con la justicia y sed equitativos! Alá ama a los que observan la equidad.

Alá prescribe la justicia, la beneficencia y la liberalidad con los parientes. Prohíbe la deshonestidad, lo reprobable y la opresión. Os exhorta. Quizás, así, os dejéis amonestar. Os animo a que consigáis la mediacion entre religiones.

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