Santiago Herrero León. Presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía. Abogado del Colegio de Sevilla
«Cada vez son más los abogados que optan por unirse entre sí para constituir despachos de claro carácter y filosofía empresariales, o integrarse en aquellos que ya existen con estas características»
La Toga. Abogado, profesional y ¿empresario?
Santiago Herrero León.- Pueden ser conceptos perfectamente compatibles. En efecto, el ejercicio profesional de la abogacía ha evolucionado mucho en los últimos años, tanto hacia la especialización en las materias como hacia un modelo de despacho con perfil empresarial, pues se tiende hacia nuevas y mejores estructuras organizativas con más recursos materiales y humanos a fin de responder a las exigencias actuales.
Pero, cree ciertamente que los abogados son realmente conscientes de ser empresarios o cree más bien que para muchos de ellos, por ejemplo, un plan de marketing sigue siendo algo desconocido.
La propia evolución de la que hablaba ha requerido también de los abogados una formación y una especial mentalidad empresarial a este respecto, para poder optimizar sus propios recursos y posibilidades. Por eso, cada vez son más los abogados que optan por unirse entre sí para constituir despachos de claro carácter y filosofía empresariales, o integrarse en aquellos que ya existen con estas características.
Hace algún tiempo, leí un concepto de marketing, uno más, que venía a definirlo como “el proceso de ayudar a otros a valorar el servicio que se les presta”. Sin embargo, si nos atenemos a los encuestas, no todos los abogados deben llevarlo a la práctica. Desde su experiencia ¿qué les recomendaría a esos abogados al objeto de que lograran la máxima satisfacción de sus clientes?
El elemento esencial en el ejercicio de la abogacía es la confianza, porque es la base de una relación sólida entre el abogado y su cliente. Ganarse la confianza de éste requiere seriedad, rigor y entrega. Sólo así podrá valorar el cliente que, más allá del resultado obtenido, el trabajo realizado para defender sus intereses merece reconocimiento, y que el trabajo del abogado supone mucho más que el mero resultado final.
En los últimos tiempos estamos viviendo un cambio en el configuración de los despachos de abogados. ¿Peligra el despacho tradicional de igual forma que el pequeño comercio o por el contrario cree que hay mercado para todos?
R.- Esta evolución es una realidad incontestable, fruto de la evolución de la propia sociedad y del mercado en general. Pero, de igual manera que el pequeño comercio debe buscar nuevas fórmulas para resultar atractivo en el mercado, también el despacho tradicional habrá de saber adaptarse a las nuevas realidades, marcadas, entre otros parámetros, por la globalización y las nuevas tecnologías, para así seguir presente en un mercado tan competitivo como el actual.
En el marco de ese cambio, cada vez más despachos adoptan forma societaria mercantil. Dentro la labor de la CEA de promover la creación de nuevas empresas mediante los distintos programas que pretenden involucrar a las nuevas generaciones en la aventura de la iniciativa empresarial, ¿tiene constancia de que hayan nacido algunos despachos de abogados? ¿qué requisitos y formalidades debieron cumplir?
La Confederación de Empresarios de Andalucía, dentro de sus objetivos, desarrolla la promoción de la creación de empresas. En este sentido, desde hace varios años, viene desarrollando un programa denominado “Certamen de Creación de Empresas “Emprende”, en colaboración con la Consejería de Empleo, en el que cada año se premian distintos proyectos empresariales. Y en este contexto, sí hemos percibido un incremento, en los últimos tiempos, en las consultas sobre proyectos de creación de empresas como instrumentos para el desarrollo del ejercicio profesional de varias actividades y, en concreto, de la abogacía.
Una de las facetas más destacadas y valoradas de la CEA es su labor de formación. Desde su conocimiento, ¿cual es su opinión sobre la formación actual de la abogacía española?
Hace ya algunos años que las nuevas promociones de licenciados en Derecho completan su formación académica universitaria que, por lo general, adolece de formación práctica, con distintos instrumentos de formación específica, jurídico-práctica, como masters de especialización o cursos de práctica jurídica, amén de la necesaria formación continua, tanto por la propia evolución del ordenamiento jurídico como por la exigencia del mercado, que reclama abogados cada vez más preparados, más actualizados y más especializados.
La Confederación, consciente de la importancia que tiene la formación, tanto orientada a facilitar el acceso al mercado de trabajo de los jóvenes, como para contribuir a la mejora de la competitividad de las empresas andaluzas, organiza cada año una gran variedad de cursos para jóvenes, trabajadores y empresarios, y, entre ellos, cursos de formación jurídica específica sobre distintas ramas y con prácticas en empresas, tales como el Curso de Experto en Asesoría Jurídica de Empresas, Gestión de Recursos Humanos en la Empresa, Asesor Fiscal, Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales, Experto en Gestión Urbanística, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, o Curso sobre Introducción al ámbito del Derecho de las Nuevas Tecnologías.
Siguiendo con la formación y desde su visión empresarial ¿es partidario de que se regule el acceso al ejercicio de la abogacía?
En mi opinión, creo que los licenciados en Derecho deben acceder al ejercicio profesional de la abogacía con la capacitación y preparación necesarias para ello, tanto desde el punto de vista teórico, de conocimiento jurídico, como desde un punto de vista práctico. Por supuesto, la experiencia se adquiere con el transcurso del tiempo, pero deberían existir los instrumentos necesarios para facilitar una formación práctica elemental, que capacitara a los nuevos abogados para iniciarse en el ejercicio profesional. Por ello, entiendo que deberían establecerse unas pruebas que acreditaran dicha capacitación para el ejercicio, tal y como existen en los países de la Unión Europea, a excepción de España.
Cambiando de tema, los nuevos juzgados de lo mercantil, la nueva Ley concursal, … En la práctica, ¿Cambios para mejor?
Son unos cambios de gran trascendencia, que pueden ser instrumentos positivos. De una parte, se trata del establecimiento de una jurisdicción especializada para una materia que afecta fundamentalmente al ámbito empresarial, aun cuando aún no está plenamente implantada. Por otro lado, la Reforma Concursal resuelve la dispersión normativa que existía en este campo y establece un sistema que puede resultar más fiable para las empresas, lo que podría ayudar a garantizar la seguridad jurídica en el tráfico mercantil.
¿Y qué otros cambios sugeriría para beneficio de los empresarios?
Entre otras cuestiones, y por su incidencia en el tráfico mercantil. sería conveniente que se culminara el proceso abierto en su día con la elaboración de un Anteproyecto de Ley de Sociedades, que sistematizase la regulación de todos los tipos societarios en sus aspectos comunes y mejorase el tratamiento específico de algunos de ellos. Asimismo, sería deseable que se avanzase en la aplicación y desarrollo de la propia Ley Concursal, y que, como anteriormente he señalado, se agilizara la efectiva implantación general de unos juzgados de lo mercantil verdaderamente especializados.
Por último, para ser un buen abogado desde el punto de vista empresarial ¿cuáles son las principales cualidades que debiera tener un abogado?
Fundamentalmente, las propias de ser abogado: honradez, integridad profesional, amor a su profesión, dedicación, generosidad y entrega, respeto y atención al cliente. Y, además, empresarialmente, ánimo emprendedor, capacidad de riesgo y competitividad.