El equipo de fútbol de este Colegio de Abogados acumula historia y éxitos deportivos
Otro año más, otro encuentro, otro partido. Algunos jugadores han cambiado, otros hemos envejecido, pero se mantiene el espíritu de equipo y la ilusión de vernos, pasar un buen rato y defender los colores de nuestro Colegio. En esta ocasión nos ha visitado una representación del Colegio de Abogados de Liubliana, capital de Eslovenia, que se formó el 25 de junio de 1991 al independizarse de Yugoslavia, tras un conflicto armado relativamente corto denominado Guerra de los diez días que la opuso al ejército de la antigua federación yugoslava encabezada por Serbia. Ya era por aquel entonces el país más desarrollado y por ello, en 2004 se adhirió a la Unión Europea, desde 2007 forma parte de la Eurozona, del área de Schengen, y del Consejo de Europa; y desde julio de 2010 forma parte de la OCDE. Enrique de la Cerda, David Vioque, José María Carrión, Max Adam y otros históricos, que no pudieron participar en el partido, pusieron su granito de arena en la preparación de la visita. Muchos de nosotros volvimos a vestirnos de corto en la Ciudad Deportiva del Sevilla F.C., club que como siempre nos ha atendido con la amabilidad y gentileza que acostumbre, poniendo a nuestra disposición sus instalaciones, organizando una visita al Estadio y facilitando las entradas para que nuestros invitados pudieran asistir al Sevilla – Barcelona. Os transmito el sincero agradecimiento de nuestros invitados.
Ese Mono Burgos nuevamente bajo los palos, en otro de esos partidos que cuenta por miles entre declaraciones de IVA y labores de abogacía; Javier Gómez, con el “enano”, en el centro de la defensa, que junto con David Silva, ofrecen muchas mejores garantías que la actualidad de nuestros tribunales; un poblado centro del campo liderado por Rafa Molina, José Luis Mira y José Enrique, junto con Edu, Javi y el que escribe. Arriba José María y Falete. Todos de 10.
No me quedo con la victoria, a pesar de haber ganado 5 a 1, mejor destacar la agradable sensación de seguir viéndonos, esos abrazos antes de empezar y al finalizar el partido, compartiendo buenos momentos, fajándose hasta el utillero con los robustos eslovenos, esforzándonos colectivamente como equipo y sudando la camiseta para mantenernos jóvenes. Mismos comentarios, mismas buenas sensaciones de siempre.
Ante la crisis, los problemas de nuestro sistema judicial, y las mil y una historias de cada uno, volvimos a disfrutar de este deporte que tanto une cuando se práctica. Gracias a todos.
Jesus Bores Lazo