50 años de Abogacía 1953 – 2003
Hemos recopilado algunas opiniones de compañeros que han cumplido 50 años de su incorporación al Colegio. No han podido estar todos, por motivos de salud o porque se lo han impedido obligaciones profesionales, pero las contestaciones reflejan parte de lo que han sido sus trayectorias profesionales.
Con motivo de las tradicionales Fiestas de la Patrona, hemos recopilado algunas opiniones de nuestros compañeros que han cumplido 50 años de su incorporación al Colegio.
No han podido estar todos, por motivos de salud o porque se lo han impedido obligaciones profesionales, pero las contestaciones que se transcriben resultan sumamente interesantes y reflejan parte de lo que han sido sus ya dilatadas trayectorias profesionales.
1. ¿Por qué decidió ser Abogado?
2. Cite tres cualidades que debería reunir un Abogado.
3. ¿Cómo ve la Abogacía en estos momentos?
4. ¿Una anécdota profesional?
José Luis Arredondo García de Porres
José Luis Arredondo García de Porres
Colegiado 2.163. Orden Cronológico: 58
1. Decidí ser Abogado por auténtica afición al Derecho, heredada de todos mis antecesores desde hace siglos. Es lo más hermoso que me ha ocurrido.
2. Considero que el Abogado que ejerce su profesión ha de efectuarlo con verdadero amor a la tradición, manteniendo el criterio de la aplicación de la Justicia por encima de cualquier otra consideración. Sin estas cualidades la Abogacía no sirve para nada.
3. En estos momentos el ejercicio de la Abogacía se encuentra en auténtica crisis, porque el Abogado que se incorpora al ejercicio de la profesión, necesita definirse, para lo cual le es indispensable la pasantía por el despacho de un Letrado tradicional. Se observa cierta falta de técnica que patentiza el convertir el ejercicio de tan delicada profesión en una forma de ganar dinero.?Esto no es correcto.
4. Con motivo de llevar la dirección jurídica de una Señora en un Expediente de Separación Matrimonial, ante la conducta incomprensible del esposo, manteniendo relaciones ílicitas con una joven, mi cliente, criticando esta conducta, pretendía quitarse la ropa en el despacho para que el Letrado que la dirigía tuviera la ocasión de descubrir la belleza de su cuerpo. Fue necesario actuar rápidamente para evitar esta situación intolerable.
Manuel García Garzón
Manuel García Garzón
Colegiado 2.197. Orden Cronológico: 72
1. Por mi amor a la justicia y a lo que es justo.?Palabra que lo engloba, a mi parecer, todo. Lo bueno, el amor y el estilo de vida de una persona.
2. Honradez, estudios, trabajo y fe.
3. No lo sé exactamente, ya que no ejerzo desde hace tiempo. Pero en mis tiempos era una bella carrera y creo que se ha perdido un tanto de ese cariz.
4. Durante los años de la Dictadura, muchos españoles se exiliaron debido a diversos motivos. El señor, del que hablo, se fue entre otros, por un embargo de todos sus bienes y con cinco sumarios pendientes. Después de recorrer Sudamérica por varios años, decidió volver a España en el 74, cuando ya la Dictadura estaba en sus últimas. Con estos cinco sumarios, el buen hombre se me encomendó, y le asesoré para que se dirigiera a cada juez que llevara el sumario para explicarle su situación. Este hombre se entregó, y el primer juez, después de una conversación con el susodicho y su madre, lo puso en libertad con una fianza de 5.000 pesetas. Siguió su periplo por la Justicia, y solamente un juez le condenó. Pero a este buen señor, le cogió el indulto por la muerte de Franco, y continuó en libertad, después de cinco sumarios pendientes.?Los policías, al conocer su estado le comentaron:?¡Qué buen abogado tienes!
Enrique Espejo y Pérez de la Concha
Enrique Espejo y Pérez de la Concha
Colegiado 2.175. Orden Cronológico: 62
1. No fue una decisión originaria, sino derivada de circunstancias personales. Siempre sentía la vocación de conocer la razón de ser de las cosas humanas y muy concretamente de las normas reguladoras del acontecer de los hombres.?Al terminar la carrera quise preparar cátedra de Derecho Natural y Filosofía del Derecho, en cuyas asignaturas de 1º y 5º respectivamente, obtuve el mejor resultado de sobresaliente con matrícula de honor.?Sin embargo, no pude seguir dedicado al estudio sin obtención de resultados económicos y me dí de alta en el Colegio inclinado también por el ofrecimiento de una asesoría jurídica general que luego, por cierto, no cristalizó.
2. Un buen abogado creo que ha de sentir en primer lugar una fuerte vocación por ayudar a la consecución de “lo justo”, mediante la concordia y la negociación antes de toda contienda judicial en la que dirigirá a su cliente con inquebrantable decisión, estudio y tenacidad, pero sólo cuando la avenencia no haya ofrecido ninguna posibilidad, sabiendo que a la “vis” o fuerza del Derecho no debe acudirse nunca más que como necesidad insustituible y con renuncia siempre y en todo caso a la aureola del vencimiento, en lugar del resultado sórdido pero más duradero y eficaz que produce el diálogo y la negociación. Junto a las dos cualidades que se derivan de lo anterior, la cuestión de los honorarios deberá ser considerada al terminar el esfuerzo profesional, como un “resultado del mismo” y no a priori como motivo de la actuación.
3. La especialización que impone el aumento de abogados ejercientes y de la profusión legislativa en tantos campos diversos, favorece la confusión entre lo que debe ser un abogado y lo que más bien constituye un agresivo ejecutivo, gerente o administrador de negocios ajenos en busca de extrema rentabilidad y más o menos al margen de “lo justo”.
4. Una vez tuve que aconsejar a persona, cuya afición al alcohol le producía timidez e inclinación a dejarse vencer, en lugar de acometibilidad, arrogancia o prepotencia, que al día de la prueba de la confesión tenía que mostrar necesaria firmeza en la verdad, sin concesión alguna a la complacencia o comodidad de contestación, limitándose a afirmar tan sólo lo que de verdad supiera.?El resultado fue contraproducente. Al preguntársele si sabía que el actor reclamaba la vivienda para la hija de su matrimonio, contestó con total resolución e inadmisible atrevimiento “que lo que sabía era que era hija de su esposa, pero ignoraba si lo era también de él o no”, con la agravante de que el letrado de aquél era precisamente uno de sus hijos y estuvo presente en la confesión.
Ignacio Gómez-Millán Gener
Ignacio Gómez-Millán Gener
Colegiado 2.176. Orden Cronológico: 63
1. No tuve tradición de abogados, pero sí, amplia y antigua, de profesión liberal, y siempre deseé seguirla.?Mi afección por la Abogacía, profunda y sincera, vino después.
2. Todos los grandes abogados que he conocido veían, inmediatamente, donde estaba el problema; otras cualidades: un equilibrio entre pasión y distanciamiento en la lucha y pensar en las cuestiones desde dentro de la piel del contrario.
3. Hoy es necesario la especialización y la asociación.?Está en fase de extinción el abogado general, que tocaba diferentes materias, con una gran base doctrinal y práctica; no es que supiera “casi nada sobre casi todo”, pero sabía menos que los especialistas en su campo y más que ellos en el conjunto del derecho.
4. Una personal, reciente y emocionante: un amigo al que pude, por suerte, solucionarle un asunto trascendental para él; me dijo “te traigo lo mejor que tengo” y me entregó un espléndido Niño Jesús del XVIII. Nunca recibí tan hermosa retribución.
José Losada Villasante
José Losada Villasante
Colegiado 2.208. Orden Cronológico: 79
1. Porque, por circunstancias, no podía seguir la carrera que empecé y quería tener alguna, también universitaria.
2. La honradez; la competencia que se alcanza, después de tener una buena base jurídica, con el estudio a fondo de los asuntos que se le encomienden; y ser persona que inspira confianza a los posibles clientes.
3. Quizá necesitada de más selección ante el, también quizá, excesivo número de licenciados; y procurarla, por supuesto, con toda la posible preparación y dedicación.
4. Recuerdo una visita en la que me interesaban plantear una demanda por uso indebido no de título, condecoraciones etc., sino de apodo. Hace muchísimos años, se trataba de los Guindaleto, pastores honrados y competentes que veían usurpar su honroso “título” por unos parientes, como ellos con apellidos frecuentes, y a los que no les venía ese “título” por uno que aparentemente era común. Pero no procedían de esa rama y, además, según ellos, por diferentes motivos, podían manchar la excelente reputación del mismo.
Gervasio Fernández Melero
Gervasio Fernández Melero
Colegiado 2.210. Orden Cronológico: 80
1. Por mis experiencias durante la pasantía en el?Despacho de mi admirado y querido maestro?D.?Manuel Barros y Sierra, con compañeros como Ángel Fernández Luque y Antonio Medina Lama, entre otros también muy apreciados.
2. La captación de la plena confianza del cliente que ha encomendado al Letrado la defensa de sus intereses.
El acertado “enfoque” de la cuestión en atención a los hechos, su posible acreditación, la aplicación del derecho y el previsible futuro resultado. Lo que los pintores consideran como “encajar bien el cuadro”.
La capacidad para conseguir favorables resultados por vía transacional evitando el pleito.
3. En estos momentos considero muy difícil el ejercicio de la profesión, imponiéndose la especialización por materias y los despachos colectivos si realmente sirven a estos fines y no exclusivamente a la aminoración de gastos.
4. En los primeros años de profesión defendía a dos jóvenes quienes un domingo ocupaban plazas en un autobús de línea, con notorios síntomas de embriaguez. Llegada la parada de Cristina, el cobrador imperativamente les exigió que se bajaran y al no conseguirlo aprovechando la presencia de un joven guardia municipal que por allí transitaba solicitó su auxilio quien haciendo uso del medio de defensa y ataque que portaba, consiguió que bajaran del autobús, no sin antes producirse, el natural forcejeo entre ellos, resultando el municipal con un pequeño arañazo en una mano. En aquellos tiempos, tan diferentes de los actuales, la cosa era verdaderamente preocupante. El Ministerio Fiscal calificó los hechos como constitutivos de un delito de atentado a la autoridad y propuso la prueba de cargo pertinente. La vista del juicio se celebró en una de las tres salas ubicadas en la planta baja de la antigüa Audiencia de la Plaza de San Francisco, siendo de resaltar que, generalmente y durante la celebración de los juicios, éstas salas de lo penal, eran ocupadas por un numeroso público heterogéneo y curioso. Comenzó el juicio con el interrogatorio del fiscal a uno de los procesados, y a la primera pregunta sobre su estado de embriaguez, el interrogado contestó que era cierto, añadiendo seguidamente:?¡como el Betis había empatado en Madrid con el Atletic! Lo inesperado de la justificación, la forma en que fue dicha, y quizás también el físico del personaje, desató la hilaridad ruidosa del público, impactando notoriamente en el ambiente, y obligando al Sr. Presidente a advertir repetidas veces del posible desalojo. Omito en razón a la brevedad, el posterior desarrollo del juicio, y otros pormenores, no silenciando que el Letrado de la defensa también era bético como dicen lo fue Julio César. En definitiva, resultó absuelto uno de los procesados y condenado a reprensión privada el otro.
Juan Diego Asencio Cantón
Juan Diego Asencio Cantón
Colegiado 2.172. Orden Cronológico: 61
1. No sé porqué, pero sí sé que fue una buena elección.
2. Ser valiente, estudiar continuamente y no perderle la cara la vida.
3. Aunque existan más adelantos, faxes, correos electrónicos y ordenadores, se ha perdido el trato humano tan importante en la profesión y, sobre todo, entre los compañeros.
4. Hará poco más de 35 años, me llamaron del Juzgado de Instrucción de Lora del Río, a fin de asistir a un individuo que calzaba botos, pantalón a rayas, camisa blanca y sombrero de ala ancha. Constituidos los presentes, el Juez le dijo al denunciado: «¡identifíquese!»?A lo que el hombre respondió bajándose la bragueta de su pantalón e introduciendo su mano en sus calzones. El Juez, sin salir de su asombro le dijo enérgicamente:?«No sea borde, le quiero decir que dé su DNI». Aquél hombre le respondió humildemente:?«Es que el único bolsillo que tiene el pantalón está roto, y es en ese lugar donde llevo mi documentación» al tiempo que le extendía mano alzada su DNI. Acto seguido, el Juez le dijo: «no es necesario que me lo entregue a mí, déselo al oficial».
José Luis Herrera Muñoz
José Luis Herrera Muñoz
Colegiado 2.188. Orden Cronológico: 68
1. Estudié Derecho por el consejo de un Ilustre Abogado, mi paisano D. José Monje y Bernal, y ejercí como abogado por aceptar la autoridad de D.?Manuel Jiménez?Fernández, Catedrático de Derecho Canónico, quien al finalizar el curso me dijo literalmente: «dedíquese usted a algo en lo que tenga que hablar».
2. Formación humanística, capacidad de síntesis, y sobre todo para el estudio.
3. Pujante, con fuerzas y tal vez en uno de sus mejores momentos.
4. Fue en un juicio de faltas por colisión de automóviles que no estaba muy claro para el Sr. Juez. Después de interrogar a los conductores pidió al agente que citara al primer testigo, un hombre de unos 50 años y aspecto de agricultor. La pregunta del Juez fue la siguiente:?¿Es usted el copiloto del vehículo conducido por este señor?, y el testigo respondió:?se equivoca usted, Señor Juez, yo no me he subío nunca en ningún aeroplano.
Miguel Corbacho Sánchez Barbudo
Miguel Corbacho Sánchez Barbudo
Colegiado 2.184. Orden Cronológico: 65
1. Por 2 razones:?La primera, por vocación. Me gustaba el derecho y desde el bachillerato aspiraba a ser abogado. La segunda razón, por tradición:?abuelos notarios, padre abogado y tío abogado con bufete (Sixto Sánchez-Barbudo) a cuyo despacho me incorporé y en el que estuve ejerciendo. Más tarde, la acumulación de otras actividades me hizo imposible simultanear la profesión, por lo que pedí la baja como ejerciente y tengo el honor de seguir colegiado.
2. Creo que es fundamental, como primera cualidad, sentir una gran ilusión por la profesión.?Tener una vocación decidida y entusiasta. La segunda por encima de todo, un conocimiento lo más amplio del derecho, o bien de la especialidad jurídica a la que se dedique, a través del estudio. La tercera desarrollar una gran humanidad, que se manifieste en el trato con el cliente, el compañero, funcionarios, etc… Todo ello presidido por un espíritu de justicia y equidad.
3. Al no ser ejerciente, no puedo opinar de una manera concisa en cuanto se refiera al ejercicio concreto.
Desde mi posición actual de empresario, mi impresión es que la abogacía es cada vez más necesaria como elemento de asesoramiento legal en el intrincado mundo de las relaciones mercantiles e industriales, etc.?Ya que, al regirse muchas de estas actividades por normas jurídicas, se hacen necesarios expertos que puedan interpretar dichas normas y aconsejar en cada caso al mundo de la Empresa, sobre la aplicación de las mismas.
José Mtnez. Mejías García del Cid
José Mtnez. Mejías García del Cid
Colegiado 2.196. Orden Cronológico: 71
1. La carrera de Abogado, me atraía desde tres vertientes diferentes. Primero me apasionaba el ejercicio libre de la profesión. Segundo, me gustaba la posibilidad de estudiar una oposición y en tercer lugar, como estaba estudiando idiomas, era una buena base para la carrera de diplomacia.
2. Dedicación absoluta al cliente y su problema, una ética profesional llevada al cien por cien, tanto con el cliente como con los compañeros. ?Y por último, un deseo de ayudar, de solucionar los problemas tanto de sus clientes como de su entorno.
Pedro Ruiz Berdejo Gutiérrez
Pedro Ruiz Berdejo Gutiérrez
Colegiado 2.201. Orden Cronológico: 75
1. Me fue bastante fácil decidir mi profesión, no sólo por vocación propia, sino también por ser el quinto representante de una dinastía de profesionales del derecho, iniciada en 1715 y que actualmente se halla en la sexta y en las que además coincide su primer apellido, que es compuesto, de Ruiz-Berdejo y el nombre de Pedro en las tres últimas generaciones.
2. La primera cualidad debe ser la fidelidad a los Principios del Derecho que apliques y a los clientes que defiendas, labor que habrá de efectuarse con diligencia y prontitud.
La segunda no tener preferencias sobre determinados asuntos y defender con igual empeño tanto un Juicio Ordinario de gran cuantía, como un Juicio de Faltas.
Y en cuanto a la tercera y con respecto al Letrado de la otra parte, recordar siempre que “los clientes pasan y los compañeros permanecen”.
3. Considero que es una de las profesiones cada vez más díficiles de ejercer, por su gran complejidad y diversificación, y cuya única solución es la especialización.
4. Cuando representaba legalmente a un partido político en el Referéndum Autonómico del 28 de Febrero, un Delegado gubernativo pretendía impugnar una mesa del Casino de la Exposición, alegando que las banderas de Andalucía, que se estaban colocando para el acto final del recuento de votos, podrían influir en la decisión de los votantes;?desistiendo de su empeño cuando me opuse a ello indicándole que la bandera de Andalucía, pertenecía tanto a los que preferían la iniciativa autonómica por el método del art. 151 como a los que preferían la aplicación del art. 143 de nuestra Constitución de nuestra Constitución y por si fuera poco, todo ello porque la Mesa en que se pretendía aquella impugnación, era precisamente la de quiénes habían votado por correo, muchos días antes, por lo que era imposible atribuirle cualquier influencia sobre el voto allí depositado.
Luis Guerrero Brun
Luis Guerrero Brun
Colegiado 2.205. Orden Cronológico: 78
1. Al carecer de preparación para una licenciatura de Ciencias, me decidí por la rama de Letras y escogí Derecho por tener mejores horizontes económicos. Antes de terminarla ya había decidido dedicarme al ejercicio de la Abogacía por encontrarlo apasionante.
2. Antes se decía del abogado novel que sus clientes tenían en común la letra “P”, pues creo que esa letra también puede identificar, en otro sentido, las cualidades del abogado, teniendo presente que el fin no justifica los medios. Y así la primera será la “preparación” constante para estar al día y de cada asunto que se presente, porque creo que “a la mujer y al papel hasta el fondo has de ver”. La segunda es la “prudencia”, no se puede perder de vista que tenemos en nuestras manos los intereses de los otros. Y tercero la “paciencia” porque los asuntos ni comienzan, ni se desarrollan, ni acaban cuando tú quieres, sino cuando quieren los demás.
3. Con el mismo futuro que ha tenido siempre;?quizás ahora más necesitada de solidaridad y colaboración.
4. Envié una carta a un tal Simón Fernández, reclamándole la deuda que tenía con un cliente. Llaman a la puerta y aparece ante mi vista una mujer muy bien dotada y atractiva. Al preguntarle que desea me contesta ser Simón Fernández, le hice pasar al despacho comprendiendo era un “travestí”. Se sienta, saca un paquete de cigarrillos y me ofrece uno. Le contesto que lo dejé hace tiempo y me dice con toda naturalidad: “hizo Vd. muy bien, yo como este es el único vicio que tengo y no lo puedo dejar…”?Seguimos la conversación y terminó pagando su deuda con mi cliente.
Manuel Rojas Caro
Manuel Rojas Caro
Colegiado 2.200. Orden Cronológico: 74
1. Desde niño estuve en contacto con la familia judicial en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Utrera, pues mi padre fue el Oficial de dicho Juzgado muchos años.
2. Primero. Vocación, que incluye hombría de bien, trabajo y desapego al dinero.
Segundo. Conocimiento del Derecho en grado importante.
Tercero. Dominio de la Dialéctica; con elegante oratoria mejor.
3. No muy bien, pues hay miles de Abogados y ello trae consigo unas consecuencias obvias nada deseables, situación esta que de alguna forma legal ha debido atenuarse, como ahora se intenta al parecer, y que contrasta con otras carreras con ejercientes tasados, privilegiados incluso, situación opuesta que tampoco consideramos deseable.
4. En una prueba testifical, un testigo, sencillo hombre de campo, fue repreguntado de este tenor, más o menos: “Como es más cierto que el testigo viene de Los Palacios y se honra con la amistad del actor, vecino de dicha población”.?A lo que el campero, enfurecido, contestó:?“¿Cómo que yo me ahorro la mitad? Yo he pagao entero el billete de la “Empresa” de Los Palacios. ¡Qué me ha costao el dinero a mí!”