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La indultada

Todo comienza a fines de la guerra civil española donde el hambre, la penuria económica y el deseo de sobrevivir a tales adversidades es lo que permite que se viva, no hay alimentos, la economía está destrozada, para conseguir una galleta maría hay que luchar mucho, la gente muere de enfermedades por la pésima alimentación que recibe, no se produce, todo atisbo de bienestar brilla por su ausencia. Odio y desconfianza en la gente, miradas tristes, recelo de unos con otros, en muchas familias ha habido miembros en los dos bandos beligerantes.

Tras la contienda civil la gente hace vida agrícola, trata de sacarle algo de jugo a la tierra sembrando algunas semillas de cereales o de lo que sea para no morir de hambre, muchas familias comienzan vidas en el mundo rural, se vive en condiciones infrahumanas, sin electricidad, ni electrodomésticos, ni nada de nada. Se trabaja mucho en el campo, los salarios son de pena, se vive muy mal, si alguien se pone enfermo es muy probable que se muera si la enfermedad no es leve.

El personaje objeto de estas letras nace, por tales fechas, en el seno de nueve hermanos, muchas proles en España, su padre bruto a más no poder, casi no sabe hablar, malas palabras, y muchos monosílabos, dado que su inteligencia no da para más. Concibe a la mujer como objeto para el deseo propio, sin posibilidades de nada, los derechos humanos no existen para él, y menos el cariño conyugal, trata pésimamente a su mujer, sus hijos le hablan de usted, la madre tapa a éstos frente a aquél cuando hacen alguna diablura de chiquillos con tal de que el patriarca no se entere, las palizas a sus hijos son frecuentes, a veces se orinan de miedo, el clima familiar ambiente es casi de GESTAPO.

Así se desarrolla la niñez de ella, la tristeza y la pena es lo que reina en su interior y en su exterior, no se va al colegio, la incultura es grande, los analfabetos alcanzan límites muy elevados…

Trata de liberarse de tan extrema situación casándose con un hombre al que quiere y que la hace feliz, a veces en el noviazgo han tenido problemas, se van solucionando hasta que se llega al altar y van llegando sus hijos, uno, otro, otro…… hasta cuatro. España va alcanzando un cierto nivel en su economía. La felicidad que suavemente estaba aflorando en ella se frustra, su marido la insulta y la maltrata psíquicamente, imputándole injustamente hechos que ella no ha deseado, que le han sido impuestos por la fuerza y la prepotencia de su progenitor durante su desgraciada infancia, no son voluntarios, no son libres.

Un día llega su marido a su casa tras haber bebido alcohol en la calle con los amigos, la insulta como de costumbre, discuten, llega la tensión al máximo, ella está preparando la comida, son las 13,00 horas, intenta no entrar en la provocación marital yéndose a casa de una vecina, que hace las veces de pañuelo de lágrimas, la amiga no está, vuelve a su hogar, sigue la retahíla de improperios, ella aguanta estoicamente, hasta que en un momento dado se produce el encuentro entre los cuerpos, la acción ha ido a más. Sangre en el cuerpo del marido, el cuchillo del jamón se clava en el torax del marido.

Un cúmulo de desaciertos entre los médicos que lo atienden, unido a la desgraciada discusión entre los cónyuges deviene en la muerte del marido de la mujer que nos ocupa estas líneas.

Diligencias policiales, atestado, declaraciones, pericias, pruebas y prisión preventiva en breve para ella. Ya sabemos lo que es la cárcel, miradas desafiantes de individuos con condenas que superan entre todas ellas más de dos décadas de sus deshechas vidas, el ambiente irrespirable por la actitud de las reclusas adictas a las drogas, que vierten sus males y sus problemas sobre las mujeres que nada tienen que ver con el mundo de esas sustancias diabólicas, pero que por desgraciados acontecimientos se encuentran privadas de libertad, el horror de tener que compartir celda con personas de frías miradas y maquiavélicas intenciones, el aguante que hay que tener ante las repetidas imposiciones para entregar a las más fuertes el yogur, el helado, el champú, los bizcochos…..pues de lo contrario se puede enfadar la drogadicta y no sabemos la reacción por donde puede salir y la magnitud de la misma.

A los seis meses y unos días sale en libertad provisional de Sevilla 2, en una noche fría de marzo, termina su prisión provisional, en esta situación se llega la juicio.

En la celebración de la vista oral con Tribunal de Jurado popular cinco días de sesiones interminables, desde las 09,30 horas hasta las 21,30 horas, jornadas agotadoras, con mucha tensión emocional e intelectual.

Debido a las atenuantes que concurrieron en el caso y al recurso de apelación contra la Sentencia dictada por el Jurado, la pena para ella se reduce en gran tamaño. Considera el órgano judicial ad quem que no hay intención de matar y sí de lesionar. El Tribunal Supremo confirma la Sentencia. No se plantea amparo ante el Tribunal Constitucional.

Los ejemplares hijos de ella se movilizan en aras de conseguir el indulto para su madre, a la vez que no olvidan a su padre, pues ha sido bueno para ellos, difícil postura, toda vez que quieren mucho a su padre y no desean ver a su madre un largo tiempo en la cárcel. Meritoria postura la de estos hijos que llevan la procesión por dentro.

Programas de radio, televisión, medios de comunicación, dedican muchos espacios de tiempo a la petición de indulto que se hace. Largas esperas para todos familiares y amigos, es de destacar la ejemplar y noble acción de un hermano de la víctima, es decir un cuñado de la protagonista de estas líneas, quien a pesar del cariño que le tenía al fallecido, realizó una incansable labor en aras a que su cuñada fuera indultada, decía que no olvidaba a su hermano, pero a la vez no quería ver entre rejas a su hermana política, es un claro ejemplo del perdón y de la reconciliación.

Los días que aguardan hasta saber si le conceden la medida de gracia son más eternos para ella, enferma de corazón y de otras muchas patologías, sueña por la noche y tiene pesadillas representándose que al amanecer va a recibir la negativa al indulto por parte de la autoridad competente. Es horrorosa esa espera de casi dos años, por unos lados piensa que no va a cumplir la condena, pero enseguida aparece en su mente el tan temido ingreso en prisión, sufre mucho.

Un día recibe la felicísima noticia de que ha sido perdonada, se le ha concedido el indulto total, no el parcial, llora de alegría y de pena a la vez porque no va a poder compartirlo con el que fue su marido, quisiera que quien fue su cónyuge estuviera allí para que la satisfacción fuera aún mayor, esta ausencia le va a producir un sabor amargo en cierto modo, se acuerda de él, se arrepiente de lo que hizo, no se pueden expresar los sentimientos que tiene en su alma.

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